Cuando comenzamos este taller, nos dimos cuenta que no es posible ver Bogotá desde un sólo punto de vista. Se puede decir que la ciudad no es sólo "algo" tangible, también es un espacio donde convergen multiples experiencias, personajes y elementos con cierta organización, y eso la convierte un lugar único.
El eje que estamos abordando es el recorrido trazado por la cotidianidad o el diario vivir de un zorrero el cual nos permite una aproximación a la ciudad diferente a la que tenemos nosotros. Nos es posible relacionarnos con una actividad cotidiana en nuestra cuidad pero que muchas veces no lo tenemos en cuenta.
Su forma de ver la ciudad nos enseña que la arquitectura pasa a un segundo plano mientras que la “basura” se convierte en el componente fundamental que caracteriza la ciudad.
Los zorreros son una minoría marginada por una sociedad que no los ha visualizado como actores potenciales en el desarrollo de la cuidad. Entendiendo este desarrolllo como una oportunidad ecológica a partir del reciclaje. Lo que para nosotros es basura, para ellos es vida.
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